Éxodo - Cómo trabajar para Dios - Rafael Rondón
Tendemos a sobreestimar nuestra propia capacidad y a subestimar nuestra necesidad de ser llenos del Espíritu de Dios. Pensamos que necesitamos el Espíritu para el trabajo sensacional o milagroso, no para el trabajo "diario".
La voluntad de Dios para nuestras vidas es que seamos llenos del Espíritu Santo. Necesitamos al Espíritu Santo no solo para lo sobrenatural, sino para el milagro de transformar a una persona desobediente en una persona obediente que pertenece a Dios. Esto es lo que hace la creencia en el evangelio. Creer en el evangelio nos lleva a entender que dependemos completamente de la llenura del Espíritu Santo para hacer la obra de Dios, que Jesús nos salvó para hacer con cualquier habilidad que nos haya dado o carril que nos haya dado para trabajar ¡para Su Gloria!